La licuadora se comenzó a vender como mezclador en las expendedurías o tiendas de bebidas no alcohólicas que, como reclamo, mostraban con orgullo este nuevo invento en sus mostradores o escaparates.
Favoreció enormemente su éxito y expansión, el hecho de que en aquella época, en los EE.UU., estaba vigente la famosa ley seca, que prohibía la venta de bebidas alcohólicas.
Esto hacía que en restaurantes, bares y similares, solo se podía servir de forma legal jugos de frutas, batidos y Coca-cola.
La licuadora, todavía no había dado el gran salto y su éxito era aún relativo. Como en muchos otros inventos, éste llegó de un modo muy curioso.
La evolución de la licuadora ha sido constante. En el año 1955, se añadieron una serie de nuevos dispositivos adicionales, como por ejemplo la trituradora de hielo. Dos años más tarde, en 1957, se incorporó incluso un dispositivo que podía moler café. También se le añadió un mando, que controlaba el tiempo de funcionamiento, algo que provocó que las ventas se disparasen.
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